La succión del pulgar es un hábito inofensivo e innato que todos los peques desarrollan desde los últimos meses de estancia en el útero materno. Es una forma natural de prepararse para lo que vendrá: la succión para la extracción de la leche materna. De una forma u otra, un instinto natural de supervivencia que se da desde la más tierna infancia.
Aunque, a priori, sea inofensivo, prolongar este hábito en el tiempo puede llegar a tener graves consecuencias para la salud bucodental del pequeño y para el desarrollo de su cavidad oral, hueso maxilar y mandibular.
Tus odontopediatras en Mahón te hablan hoy de las consecuencias de la succión del pulgar de forma prolongada en el tiempo. ¡Sigue leyendo!
Consecuencias de la succión del pulgar en la cavidad oral
Más allá de la succión del pulgar, el uso prolongado del chupete o la ingesta con el biberón puede también ser perjudicial a largo plazo para el peque. Todas estas prácticas extendidas en los años pueden:
- Alterar la orientación de las arcadas dentarias, desplazando la arcada superior hacia adelante y la inferior hacia atrás.
- Provocar la conocida como mordida abierta. Una maloclusión dental en la que resulta imposible cerrar los dientes frontales o posteriores al masticar.
- Deformar el paladar, favoreciendo su estrechamiento y hundimiento.
- Causar alteraciones en el habla, debido a que la fonación no se lleve a cabo correctamente por la posición anómala de dientes, lengua y/o paladar.
- Producir deglución atípica infantil.
Si quieres asegurar un desarrollo correcto de la cavidad bucal del peque de casa, consulta con tus odontopediatras en Mahón cuáles son las pautas que debes seguir para su bienestar oral y a qué edad renunciar al chupete, el biberón y la succión del pulgar.
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